HISTORIA Y SANTOS PATRONOS DE LOS PADRES BASILIANOS
La Congregación de San Basilio, conocida como los Padres Basilianos, es una comunidad católica fundada en 1822 por diez sacerdotes franceses que, enfrentando leyes anticlericales, promovieron la educación cristiana. Inspirados por un estilo de vida sencillo, el trabajo en comunidad y el compromiso con la Iglesia, la congregación ha superado diversas dificultades y hoy está presente en cuatro países, dedicándose a la educación y la evangelización.
Eligieron como patrono a San Basilio el Grande, obispo y teólogo del siglo IV, conocido por su defensa de los pobres, su equilibrio entre trabajo y oración, y su integración de saberes clásicos en la educación cristiana. También son patronos de los Basilianos la Virgen María, San José, San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, San Juan Bosco y San Óscar Romero, por reflejar valores como la oración, la enseñanza, el servicio y la vida en comunidad.
LEMA
El lema Basiliano en latín es: Bonitatem et disciplinam et scientiam doce me. La traducción al español es: Enséñame bondad, disciplina y conocimiento. Viene del salmo 119 (originalmente salmo 118). A fines del siglo XIX, el Padre Charles Vincent, CSB, uno de los fundadores del St. Michael’s College en Toronto, Ontario estableció el lema para la congregación. Muchas instituciones Basilianas lo han adoptado como su propio lema para servir una visión de educación católica.
“Enséñame” puede ser dirigida hacia Dios como una petición de un Padre Basiliano que busca aprender bondad, disciplina y conocimiento y así estar dispuesto a compartir, enseñar y servir siendo un modelo para otros.
El significado de bondad es simplemente ser una buena persona. La bondad viene primero que todo lo expresado. Sin la presencia de la bondad, las palabras “disciplina” y “conocimiento” pueden ser entendidas como parte de otros contextos.
En el contexto de la bondad, la disciplina no se refiere a una forma de castigo, sino que sumarse al discipulado de Cristo y a una invitación a crecer en libertad, amor, conocimiento y santidad.
El conocimiento no está restringido al aprendizaje sagrado, sino que a todo lo que involucra la creación de Dios